La violencia obstétrica en la vida de las mujeres indígenas

Por: Susana Vargas Zempoaltecatl

A manera de introducción

Las reflexiones que compartimos ahora tienen como propósito contribuir a la visibilización de la violencia obstétrica; la cual desafortunadamente padecen todavía las mujeres mexicanas, y que, por razones de discriminación múltiple, se hace aún más patente en las mujeres indígenas.

Debemos señalar que la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, proporciona un marco jurídico general para proteger el derecho de las mujeres a vivir en paz y es obligatoria para los tres niveles de gobierno en el Estado mexicano (Federación, Estados y Municipios); esta disposición determina que se entiende por violencia contra las mujeres, cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público.

Bajo este marco jurídico encontramos que la violencia obstétrica es violencia de género, y se da en el ámbito institucional, particularmente se lleva a cabo durante la atención del embarazo, el parto y el puerperio en los servicios de salud; consideramos que la violencia obstétrica como fenómeno social es producto del patriarcado pues expresa las relaciones de poder que los hombres ejercen sobre las mujeres y que legitiman y naturalizan el maltrato de la mujer embarazada (por ejemplo: impedir la toma de decisiones sobre su propio cuerpo, decidir sobre el espaciamiento de los hijos, métodos anticonceptivos, etc.), y esta violencia se prolonga durante el parto y el postparto. Es importante destacar que la violencia obstétrica puede ser física (cuando se realizan en la mujer prácticas invasivas, suministro de medicamentos injustificados, atención no oportuna) o psicológica (cuando el trato es grosero, discriminatorio y humillante).

Particularmente, es de destacarse que, a partir de las recomendaciones que se han realizado por las instancias protectoras de los derechos humanos, se ha evidenciado que la violencia obstétrica que se da en las instituciones de salud pública, se expresa en un trato deshumanizador, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales; todos estos abusos traen consigo la pérdida de autonomía y capacidad de las mujeres para decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad.

En nuestra opinión la violencia obstétrica impide que las mujeres puedan ejercer plenamente sus derechos fundamentales, como la protección a su salud, el derecho al consentimiento informado,  a la protección a la integridad física, psíquica y emocional, derecho a la libertad y autonomía reproductiva, derecho a la integridad personal y el derecho a la vida.

Recrudecimiento de la violencia obstétrica en las mujeres indígenas

Ante el complicado problema que representa la violencia obstétrica en la vida de las mujeres, cuando analizamos el caso de las mujeres indígenas en México, encontramos que al ser un grupo vulnerable, ellas enfrentan una discriminación múltiple, por lo que, la violencia obstétrica es aún más difícil de abordar.

Es decir, las mujeres indígenas son discriminadas y violentadas por cuestión de género, por cuestiones de identidad étnica,  por razones sociales y culturales; se vulnera su derecho a la igualdad de trato y de oportunidades. Existen factores que afectan de manera dramática su salud durante el embarazo, parto y puerperio, tienen un trato desigual dentro y fuera del grupo cultural al que pertenecen, viven en zonas rurales alejadas, en donde no existen instituciones de salud y menos especializadas en ginecología y obstetricia, carecen de médicos y personal de enfermería.

Los pocos y alejados centros de salud que existen se encuentran en malas condiciones, no hay infraestructura, ni medicamentos y más grave aún, persisten actitudes discriminatorias por parte de algunos profesionales de la salud; quienes omiten considerar las circunstancias particulares de la gestante; es evidente la falta de intérpretes y traductores, la ausencia de una perspectiva de género y una visión intercultural de quienes integran los centros de salud ubicados en las zonas más remotas de nuestro país.

Reflexiones finales

El reconocimiento de la violencia obstétrica por la Organización Mundial de la Salud, las aportaciones y estudios derivados de la Convención Interamericana para Prevenir,  Sancionar y Erradicar la Violencia Contra a Mujer  «Convención De Belem Do Para”; su conceptualización en el “Modelo de Atención a las Mujeres durante el Embarazo, Parto y Puerperio con Enfoque Humanizado Intercultural y Seguro” (MAMEPPEHIS) de la Secretaría de Salud, representan un avance; sin embargo, se hace imprescindible la aplicación sustancial de dichas disposiciones para erradicar la violencia obstétrica contra las mujeres.

Es indispensable también que el Estado asuma la responsabilidad institucional y se analice con perspectiva de género e intercultural el marco normativo, las políticas públicas y los programas existentes; asimismo, se debe armonizar normativamente el concepto de violencia obstétrica con los tratados internacionales de la materia; la sensibilización y capacitación del personal de salud en perspectiva de género e interculturalidad es una deuda pendiente para allanar el camino de la vida libre de violencia  de las mujeres mexicanas.

Hacemos hincapié en que el Estado mexicano, no sólo debe tener a la interculturalidad como un elemento esencial para proteger el derecho de las mujeres indígenas a una vida libre de violencia, también está obligado a delinear políticas públicas inclusivas, en donde sean las propias mujeres indígenas quienes participen en la toma de decisiones sobre la manera y las personas que atenderán el embarazo, parto y puerperio, dentro de las comunidades a las que pertenecen, y en las que están involucradas su identidad y cultura indígena.

Susana Vargas Zempoaltecatl es abogada, cuenta con estudios de Doctorado en Derecho por la Universidad Panamericana de la Ciudad de México, realizó la licenciatura en Derecho en la Universidad Tecnológica de México, ha realizado diversos cursos y diplomados en materia de Derechos Humanos y Derechos de Género.